Espiritualidad: conexión de nuestro ser con el mundo

Muchas veces, cuando pensamos en espiritualidad, no podemos evitar relacionarlo con una religión, con algo que viene de otro ser o incluso que está relacionado con la fantasía.

Hoy quiero mostraros lo importante que es la espiritualidad y lo importante que es aplicarla en nuestra vida cotidiana, así como lo presente que está sin que nos demos cuenta.

Pero, primero, debemos saber qué es el término espiritualidad.

¿Qué es la espiritualidad?

Se trata de un conjunto de principios o actitudes que configuran la vida espiritual de una persona o de un colectivo.

La cual está insertada en la conciencia de todas las personas y se ve reflejada en los actos que realizamos, en la manera de actuar, en pensamientos, emociones, sentimientos…

En definitiva, todo aquello que hacen al ser humano, único en el plano físico de su vida. 

Desde este momento, y teniendo claro de que se trata, debemos empezar a huir del pensamiento de que es algo abstracto.

La espiritualidad está en nuestro interior y se relaciona con todo lo que hacemos en todos los momentos de nuestra vida.

Es más, viene con nosotros desde que nacemos. 

Podemos decir, que la espiritualidad es una semilla, que vamos nutriendo desde que empieza nuestra vida, se va desarrollando, va creciendo y cuando somos mayores, descubrimos todo su poder y todo lo que nos puede aportar en nuestra vida y en nuestro desarrollo personal.

La espiritualidad está también relacionada con nuestro ser consciente, donde cada uno de nosotros somos responsables de nuestra propia vida y con lo que podemos ofrecer a los demás. 

La espiritualidad en la vida cotidiana

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Es muy importante su aplicación en la vida cotidiana, ya que el ser humano no podría ser ni manifestarse sin su espiritualidad.

Somos seres espirituales más que terrenales, aunque está todo realmente relacionado.

Lo que primero tenemos que hacer es entrenar nuestra espiritualidad para abandonar todo aquello que alimenta al Ego, como el orgullo, egoísmo, la ira, resentimiento, miedo, en definitiva, todo aquello negativo que afecta a nuestra vida.

Seguidamente, debemos realizar una reflexión bastante profunda de lo qué somos y cómo vivimos en nuestra sociedad.  

Una vez que dominamos nuestro ser, podemos empezar a emplear nuestras cualidades.

Aquellas que nos hacen ser seres únicos, con poder sobre nuestra moralidad y nuestra ética. 

La espiritualidad en la vida cotidiana, es tener presente lo que eres realmente, lo que haces, lo que piensas y lo que dices, asumiendo todas las consecuencias que ello conlleva.

Poco a poco podemos ir perfeccionándola para alcanzar la justicia moral o el equilibrio social.

Esto hará que huyamos de la ignorancia en la que vivíamos hasta ahora.

La espiritualidad y la educación

Cada vez más, se quiere educar a los niños en la espiritualidad, para poder despertar esa parte de ellos desde pequeños, ya que los niños son seres con grandes capacidades cognitivas y con grandes sentimientos.

Los más pequeños tienen un mundo espiritual muy rico que se va perdiendo a medida que van creciendo si no se estimula correctamente.

Muchos padres se preguntan cuándo es el momento de empezar a desarrollar este tipo de educación.

Lo mejor es empezar de manera temprana, ya que esto hará que tengan un desarrollo cognitivo, creativo y espiritual.

Además, si aplicamos este tipo de educación, dará una gran oportunidad a que podamos redescubrir nuestra propia faceta espiritual y encontrar el sentido de nuestra vida. 

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Consejos para aplicar la espiritualidad en nuestra vida

Estos son algunos consejos para aplicar la espiritualidad tanto en nuestra vida como en la de nuestros hijos:

  • Plantea tus propios objetivos personales de tu vida, que te lleven a una gran paz interior y crecimiento personal, haciendo que se cuide tu espiritualidad. 
  • Analiza y reflexiona sobre aquellos ámbitos en los que puedes mejorar para sentirte realizado y vivir en plenitud. 
  • Educa a los más pequeños desde el ejemplo, es decir, realizar actividades que lleven a la reflexión, leer obras de personajes ilustres, y reflexionar sobre temas relevantes del mundo que les rodea.
  • Hablar y reflexionar sobre vuestros valores familiares, la principal educación que puedes darles para que establezcan sus prioridades y ofrezcan al mundo una mejor versión de ellos mismos.
  • Practicar la austeridad, huir de que todo lo importante sea lo material y empezar a querer y sentirse plenos con lo espiritual. Esto evitará frustraciones si no se consigue algo y harán que todos vivamos más felices. 
  • Promueve los momentos de conexión con uno mismo, los momentos de escucha interior, donde se reflexione sobre lo qué somos y qué podemos mejorar. 
  • Ayudar a conseguir la resiliencia, es decir, que podamos enfrentarnos a cualquier reto y seamos capaces de solucionarlo y adaptarnos. 
  • Hay que estar tranquilos, el nerviosismo y las preocupaciones no llevan a ningún lado, solo alimentan el Ego que es el peor enemigo para nuestro espíritu. 

 

Como vemos, la espiritualidad es muy importante en todos los aspectos de nuestro ser, y de nuestra vida, es una manera ideal de enfrentarnos al mundo y a todo lo que nos rodea.

 

Te invito a que realices todas estas prácticas para llegar a controlarla y tener una vida más plena.

 

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